En este blog fuí plasmando semanalmente los cambios que se iban apreciando en mi estado de salud como consecuencia de la supresión del gluten en mi dieta durante 12 semanas (realmente fueron 11, igualmente suficientes). El resultado tras esas 11 semanas fué más que satisfactorio, ya que pasé la mejor primavera de mi vida en cuanto a la alergia se refiere, casi asintomática, y eso ha sido todo un triunfo. Actualmente no prescindo 100% del gluten, pero sí del trigo, y el consumo de otros cereales es meramente anecdótico.
También fuí recopilando artículos relacionados con el gluten que aportan información de interés relacionada con la temática del blog.
Este blog es un experimento personal ante el fracaso repetido de la medicina convencional en el intento de mejorar el estado de mis alergias (no hablo de paliar los síntomas), y como respuesta al desafío lanzado por la e-letter Tener S@lud. Con ello me hago responsable de los cambios que puedan acontecer en mi salud como resultado del cambio de alimentación y otras medidas.
Así mismo esta responsabilidad no es extrapolable a otras personas que decidan hacerlo, ya que cada uno debe responsabilizarse de sus propios actos y decisiones, y este blog no sustituye en ningún momento el servicio, consejo ni consulta de un profesional de la salud.


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miércoles, 25 de junio de 2014

Un cerebro brillante libre de trigo

"La enfermedad de Alzheimer, la forma más común de demencia y el término general para pérdida de memoria y otras incapacidades intelectuales suficientemente serias como para interferir con la vida diaria, afecta a 5.6 millones de estadounidenses. SegúnThe Lancet Neurology, revista muy respetada sobre investigaciones del cerebro, el Alzheimer, que en este momento no tiene cura, es prevenible.

“La selección de estilos de vida, como los ejercicios aeróbicos y comer cantidades abundantes de grasas saludables y reducir los carbohidratos, afecta la salud total del cerebro, al igual que el riesgo de padecer de Alzheimer”, dice el Dr. David Perlmutter, doctor con especialidad en neurología y autor del libro Grain Brain: The Surprising Truth about Wheat, Carbs, and Sugar—Your Brain’s Silent Killers.

Los alimentos son un potente modulador de la epigenética—pueden habilitar o interferir con nuestro ADN, a la vez que regulan la expresión de muchos genes. Los expertos recién han empezado a entender las consecuencias dañinas del consumo de trigo.

“Grain Brain es una oportuna llamada sobre cómo estamos desafiando cada vez más la fisiología humana al consumir lo que no estamos genéticamente preparados para procesar, como las 133 libras de trigo promedio que consumen los estadounidenses anualmente”, dice Perlmutter. Él piensa que uno de los culpables más grandes del deterioro de la salud cerebral en los tiempos modernos ha sido la introducción del trigo en la dieta humana. Las siembras de trigo de hoy día, modernas e híbridas, comparten pocas similitudes genéticas, estructurales y químicas con el grano de escanda silvestre que consumían nuestros antepasados en pequeñas cantidades.

En Occidente, el 20 por ciento de las calorías provienen de alimentos a base de trigo. Perlmutter está entre las personas que consideran estas estadísticas peligrosas, en especial desde que el Dr. Alessio Fasano, pediatra gastroenterólogo e investigador científico que dirige el Centro de Investigación y Tratamiento de la Enfermedad Celiaca en el Hospital General de Massachusetts, en Boston, encontró que el gluten en el trigo lleva a la producción de zonulina en el intestino.

La zonulina aumenta la permeabilidad de la pared intestinal, lo que permite que las proteínas se filtren desde el intestino al torrente sanguíneo, explica Perlmutter. Estas proteínas, que normalmente permanecen dentro del sistema digestivo, entonces desafían las partes del sistema inmunitario, la fascia macro y otros tipos de células blancas que aumentan la producción de químicos que promueven la inflamación. “La zonulina es la piedra angular de enfermedades caracterizadas por la inflamación del cerebro—Alzheimer, autismo, Parkinson y trastorno de déficit de atención—al igual que enfermedades autoinmunes”, advierte Perlmutter.

La investigación de Fasano muestra que tal reacción a la zonulina está presente en 100 por ciento de los seres humanos—no solo en el 1.8 por ciento de la población que tiene la enfermedad celiaca o el 30 por ciento que tiene sensibilidad al gluten.

“Una característica distintiva de lo que llamo un cerebro de grano es que la disfunción cerebral se basa en la inflamación por el consumo de gluten, al igual que cadenas largas de moléculas de azúcar conocidas como carbohidratos”, dice Perlmutter. “Esto incluye frutas, que también las consumieron nuestros antepasados en cantidades limitadas”. Perlmutter cita un análisis publicado por Loren Cordain, Ph.D., autora del libro The Paleo Diet.

Una dieta alta en carbohidratos ha sido directamente relacionada con atrofia o encogimiento cerebral, según informa un estudio alemán reciente de la Universidad de Bonn publicado en la revista Neurology. Una prueba de sangre para hemoglobina A1C, la prueba de laboratorio estándar para medir el promedio de azúcar en sangre, es utilizada con frecuencia en estudios que correlacionan el control de azúcar en la sangre con varios procesos de enfermedad con el Alzheimer, el deterioro cognitivo leve y la enfermedad coronaria. Los investigadores concluyeron que la hemoglobina A1C elevada se asocia directamente con encogimiento del cerebro, dice Perlmutter.

Observa además que, “La función del cerebro, que es 60 a 70 por ciento grasa y mantenida por las grasas que consumimos, depende de su ambiente”. Grain Brain recomienda una dieta que sea agresivamente baja en carbohidratos (60 gramos por día) y abundante en grasas que apoyan las grasas cerebrales. Estas incluyen: aceite de oliva extra virgen, aceite de sésamo, aceite de coco, ghee, leche de almendra, aguacates, aceitunas, nueces, mantequilla de nueces, queso y semillas como de linaza, girasol, calabaza, sésamo y chia. También rica en vegetales que crecen por encima de la tierra, como la col rizada, brócoli, espinaca, coliflor, coles de Bruselas y lechugas, y baja en vegetales como: remolacha, zanahorias y papas, ya que son altos en carbohidratos. También hace un llamado a reducir el consumo de frutas.

“Consumir dos a cuatro porciones de fruta todos los días, según la pirámide alimentaria estadounidense actual, no es de ayuda. Más en la línea de evitar el deterioro cerebral, es mejor consumir una manzana o un puñado de fresas o similares; o alrededor de 100 calorías de cualquier fruta. En mi opinion, la pirámide necesita invertirse”, dice Perlmutter. “Debemos tener una dieta similar con la que sobrevivieron nuestros antepasados por 6.2 millones de años y reprogramarnos para apoyar nuestro destino genético para uno mejor.”

El Dr. David Perlmutter es doctor con especialidad en neurología, es ‘Fellow’ del Colegio Americano de Nutrición y autor de Grain Brain. Para más información en su serie 2013 PBS Grain Brain, visite DrPerlmutter.com.
Linda Sechrist es escritora y parte de Natural Awakenings. Visite ItsAllAboutWe.com para acceder a la entrevista grabada.
This article appears in the Noviembre 2013 issue of Natural Awakenings en Español

Este blog sólo contiene material informativo. En ningún momento sustituye el consejo o consuta de un especialista. Las opiniones y artículos de otros autores publicados aquí no necesariamente coinciden con las opiniones del blog, no obstante si están incluidos es porque se consideran interesantes e ilustrativos en algún aspecto relacionado con la tematica del blog.
Y como en todo en la vida, sé curioso, investiga, contrasta, no te quedes con lo primero que leas o te cuenten. Mientras uno crece, no envejece, y como diría Walt Whitman: 
"No dejes que termine el día sin haber crecido un poco, sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños... "
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Que tengas un gran día y una vida plena!

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